domingo, 11 de noviembre de 2007

Hipólito Yrigoyen

Multitudinario funeral, de quien fuera uno de los presidentes más respetados de la República Argentina.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Martín Soubiate y su provocadora paleta.

Arte y Compromiso
La oportunidad que se me presenta es doblemente singular, encontrarme con la posibilidad de valorar una realidad plástica de contenido expresivo tan viva y evidente, como la que presenta Martín Soubiate, y la posibilidad de opinar sobre la realidad tangible de una conciencia social, tan adecuada para la representación artística como cualquier otra, pero que en la paleta de Soubiate cobra fuerza humana, traduciendo factores sociales en una dinámica de representación expresiva.
El expresionismo mantiene una regla básica que une, en la técnica, valores fundamentales comunes a todos los pintores, sea por la fuerza del sentimiento interior que los mueve, como en los colores, la materia y los contrastes. Soubiate muestra en su obra todos los condicionantes propios de la sociedad en que se desarrolla; y en efecto, no siendo ajeno al condicionante estético instalado en gran parte de los pintores del Cono Sur, puede expresarlo con la fuerza y capacidad de síntesis que su juventud le permite, al tiempo que abstraer los sentimientos más profundos de la característica fundamental del sentir latino, del cual forma parte. Fuerza y poder en el movimiento, color en la luz y equilibrio en la composición, confieren a la obra de Martín valores universales que acompañan un motivo trascendente. Para aumentar la expresión, Soubiate, comprime el espacio y provoca el enfrentamiento entre las figuras y el Mundo que los rodea, consiguiendo con ello una realidad doble. Él no forma parte sin embargo, de la realidad que plasma en sus cuadros. Se mantiene al margen de ellos. Su punto de vista se distancia de la metáfora, y ahí entronca con la realidad representada por los impresionistas, pero a diferencia de éstos, carga su paleta colores, desdibujando el ambiente, constriñendo el objeto hasta conseguir que el objeto pintado sea espectador de la situación que los rodea. Parecen decir “Me miras..., pero yo también te veo”. Una inquietud joven, descontenta y fugaz, como corresponde a este pintor joven, que ya en su corta trayectoria, ha demostrado un soporte técnico apreciable, a la vez que un sentimiento profundo en sus pretensiones. Parece haber comprendido, tan pronto, que la cualidad fundamental del artista se demuestra en el sentimiento, y no en la plasmación cotidiana de la realidad. Sus personajes, al igual que le ocurría a Cezanne, expresan sentimientos individuales y concretos, que trascienden a la obra de arte. Todo tiene un trasfondo denso, nada improvisada o casual, porque la intención es decisiva e íntima. Por fin es Soubiate un hombre de su tiempo, capaz de captar realidades lejanas, e interpretarlas como propias, en una yuxtaposición de sentimientos que le hacen pasar de su realidad argentina a una realidad universal, que sus personajes o sus símbolos expresan de manera natural. La vida es pura expresión.
Manolo González - Fuengirola, Málaga

Ivone Tejerina, el poder evocador de la aguada

Ivone Tejerina, el poder evocador de la aguada
Las acuarelas de Ivonne Tejerina exhiben bodegones ‘mínimos’, evocando el poder de la aguada en un entorno sutil y sensual, en el que los objetos de cristal, jarrones, copas y fruteros predominan, mostrando frutas, zumos de fruta y pétalos de flores como nota de color. Centra la composición, procurando situar la dinámica de los elementos en mitad o a los lados del escenario. Busca con ello elaborar una obra marcada por la presencia de objetos y frutas en armonía, en línea con sus claros efluvios, presentados dentro de un destacado equilibrio, en la que predominan las sugerencias, sin imposiciones.
La búsqueda de la fluctuación en bodegones mínimos, sin abusar de elementos, es fundamental para poder recrear las condiciones adecuadas a partir de las que consolidar un discurso claramente poético, intimista y personal. Predominan los tonos rosáceos, amarillos, blancos, verdes, azules y violáceos, marcados por la impronta de la evidencia, encaminada en la determinación, es decir que son esenciales para trasladar al espectador una idea de sensibilidad estudiada. Dibuja los elementos, ubicándolos, determinando su posición con claridad, para, luego, complementarla con la incorporación del color, de diferentes tonos, que llena y determina quien es quien en la objetualidad y las piezas de fruta. Es decir que la pincelada es controlada, medida, buscando la armonía en entornos perfectamente dibujados, sin salirse de la propia determinación final. Sus bodegones son expresamente sucintos, porque busca la serena distancia de lo barroco, permitiéndose consolidar espacios a medida, generados a partir de una actitud calculada, justa, armónica, ubicada en la actitud, siempre considerando las posibilidades de desarrollo de la idea. Traza un discurso específico a partir de la voluntad de la esencia del color, aquella que le permite saborear cual perfume, el sabor del cromatismo, la evidencia de los planos de tonos intermedios, pero siempre procurando destacar la temática y su contenido. No pretende dar protagonismo a los fondos, sino que se interroga por la composición, dado que el dibujo es el protagonista, para compaginarlo con el poder evocador de la aguada. De esta manera dibujo y trazo, color y forma siguen un discurso marcado por un guión establecido, que, sin embargo, posee una naturalidad evidente, una presentación fresca, directa, agradable, envolvente, hasta el punto de que capta los sentidos para entablar un diálogo a múltiples bandas. La evocación de lo sugerido manda en el complejo sentimiento de que lo que presenta es sugerente porque es bello y la belleza descansa en los recovecos de los detalles del alma. Así, alma, determinación cromática, desarrollo compositivo y espacio se funden en un discurso que huele a música perfumada de las fragancias cromáticas. Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte

jueves, 13 de septiembre de 2007

Adriana Mufarrege, persona, situaciones, mente e instantes.

ADRIANA MUFARREGE
Adriana Mufarrege indaga en la dinámica de la soledad, se ausculta a sí misma y a los personajes, generalmente femeninos, protagonistas de una obra, realizada en acrílico sobre tela, en la que el color es importante, dado que ayuda a definir estados de ánimo. Sus personajes son simbólicos, busca a través de los mismos resaltar instantes que se suceden, de forma aparente, de diferente manera en entornos urbanos, en escenas en lagos y campos, donde el sol manda, en estructuras que se intuyen geométricas, formales, estructuradas en torno a composiciones que se definen desde por y para, hasta sus ideales entornos. Son personajes que están ahí, posando para la creación de la pintora, captándolos como si fueran instantes fotografiados, ralentizados, contrastándolos con el fondo, en el momento preciso, en la concomitancia de la propia evidencia. No busca subterfugios, sino pretextos compositivos, que son aquellos que se ubican en estudiadas composiciones, en las que lo importante no es el entorno sino el personaje, pero, en realidad, una visión más profunda de la estructura nos revela una intensidad distinta de sus intenciones. Si la figura femenina se encuentra en la piscina, en entornos rurales, en bosques con árboles, en el lago, hay una sensación de frescura, mientras que si el personaje femenino se ubica en la ciudad, en el conglomerado de edificios, muestra una determinación especial, como si se erigiera en protagonista al margen del entorno. Es como afirmarse en la humanidad, siendo la urbe el decorado de fondo, que no está por casualidad, pero que no deja de ser complementario en su caso. Más profunda compenetración revelan sus mujeres con la naturaleza, aparentemente ubicadas en un entorno natural, en armonía con el ser. En su obra la importancia de la mente es importante, en el sentido de determinar el alcance de sus pretendidas meditaciones, porque, es fundamental escoger el entorno para definir la problemática en la que se sitúa la figura. Aparentemente no hay conflicto, pero sí fusión entre una dinámica compositiva y la humanidad de la mujer, aquella que se pretende amable, reconocida, próxima a nosotros, muy cerca de la trascendencia, en el sentido de que, a partir de lo cotidiano, establece un amplio registro de posibilidades. La anécdota es importante porque no es tal, sino un reflejo claro de un instante de la existencia. Una existencia que se revela plácida, tranquila, acompañada de una actitud de serena profundidad. No hay visión más sustancial que la propia consecución de la vida, es decir que optamos por vivir el momento, porque a partir del mismo alcanzamos la transformación interior. Si mente y cuerpo funcionan de forma distinta, las sensaciones no se concretan y no se puede avanzar. De ahí que resulte especialmente lograda su actitud de armonía con el entorno bien sea este urbano o rural en toda su extensión, entendido como bosque ideal en el que situarse bajo un árbol de belleza contrastada. Realismo, sol, sombra, luz, mucha luz, sombra de nuevo, pero colores conjuntados, sin aspavientos, dentro de una realidad con ausencia de la prisa, que se pierde en los momentos, que vive los instantes en línea con la determinación natural. Joan Lluís Montané De la Asociación Internacional de Críticos de Arte

lunes, 18 de junio de 2007

Stella Mezzadri Paisajes del Alma

Paisajes del Alma
Los paisajes, árboles, sin ramas ni hojas, troncos y ramas, constituyen la expresión de la búsqueda de la verdad, en la que empeñamos nuestros sueños, defendiendo lo no escrito, aquello que se percibe, que es común a todos, pero que es consecuencia del mantenimiento de una actitud que es propia de la lucha de uno mismo, dando como resultado la existencia de causas por las que creer. Stella Mezzadri, a través de sus árboles, exhibe su alma, la actividad anímica, los estadios vibracionales, los momentos por lo que atraviesa el espíritu, el alma, ascendiendo y descendiendo. De ahí sus fondos azules, negros, rojos, verdes y sus troncos, negros, amarillos, marrones y azules. Destacan los cromatismos, cual hermanos de sangre de un paisaje que asciende a los cielos o, a veces, se presenta herido de muerte. Exhibe óleos sobre tela, en los que domina una gran sensualidad en su planteamiento formal, destacando el color, que es quien introduce las interiorizaciones, los estados de ánimo que vertebran el sentido de una obra que va más allá de lo plástico. Dramática, escenográfica, indaga en su alma para conectarse con el entorno, con los devas, los dioses de la naturaleza que son quienes le inyectan vibraciones y energías que le permiten bucear en su propio tiempo para mostrar el no tiempo, el estadio dimensional que no es físico, aunque sí psíquico, pero determinando la puerta de abertura hacia lo metafísico. Bosque de árboles, ramas, troncos, estructuras que son sensaciones que ascienden desde la locura hasta alcanzar la perfección. Estados de ánimo que oscilan desde instantes de meditación y contemplación a otros que son producto de actitudes frenéticas, que ascienden desde el interior buscando la exteriorización de aquello que uno contiene en el subconsciente. Emplea tonos, colores, difuminados, mezcla de colores que matizan estados de ánimo, de situaciones que indagan en la conciencia, en el interrogante contenido en la dinámica del momento. El color como magia alquímica, fomento de vertebraciones y configuraciones. Es una pintora de momentos, dado que la cultura del instante es la que le permite ir más allá de lo hierático, descubriendo, en contrapartida, un mundo más complejo dentro de la sencillez. Sus árboles son expresiones de evidencias, de esencias que se suceden unas a otras, de instantes que van y vienen pero que siempre están. Joan Lluís Montané De la Asociación Internacional de Críticos de Arte

viernes, 13 de abril de 2007

Arte en un concepto espacial se instala en Buenos Aires.

La artista multimedia y multidisciplinar madrileña Francisca Blázquez, creadora de un nuevo estilo a nivel mundial, con más de 350 exposiciones internacionales, seleccionada junto a 290 artistas del mundo para la Olimpiada Cultural de los JJ.00. de Beijing 2008, realizará su muestra “Dimensionalismo” en un Restó de Buenos Aires, conjuntamente con dos exposiciones en Madrid.
Francisca Blázquez, es una artista que ha encontrado dentro de un mundo sumergido en conflictos y contradicciones, un lenguaje que transmite la paz interior en la armonía del universo. Multifacética y pluridisciplinar, ella con su arte nos llevará más allá de los límites de lo cotidiano en este espacio alternativo que, seguramente, producirá un efecto singular en la mente y el espíritu del observador. Mundos geométricos, armonías sin límites, círculos en un concierto espacial, energía con colores cargados de luz y belleza, Blázquez profundiza así en la Dimensionalidad de la formas, pero también en la Dimensionalidad de la luz con una mirada que nos transporta mucho más lejos de las circunstancias que nos rodean, entrando a un espacio desconocido y ahondando en la profundidad de nuestro ser. La propuesta de este Restó de acercar la obra de Francisca Blázquez, en una muestra de acceso libre, es abrir en el público, diferentes puertas y ventanas a nuevas percepciones. Almorzar o saborear un café, en un espacio donde reinan la prisa y los intereses observando la obra de esta artista, nos hará tomar la llave de la sensibilidad que cada uno poseemos y la decisión de entrar a la Dimensionalidad de nuestra propia Luz. Arte altamente intelectual sin dejar por ello de ser sensible y delicado. Del 9 de Abril al 4 de Mayo la luz, las formas, la materia y la simbología estarán presentes en la agenda cultural de la Ciudad. Hipólito Restó & Arte Sarmiento 948 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Argentina.